viernes, 13 de abril de 2018

Colcha de yoyos

 

Hoy es un día espectacular, realmente espectacular porque amigos y amigas por fin, después de 11 años he acabado por fin mi colcha de yoyos. Esta colcha la empecé en la universidad cuando estaba estudiando tercero de sociología y vivía en Barcelona. La verdad es que tiene telas de por todos los sitios por los que he pasado en mi vida prácticamente.

   

Es verdad que ha sido un proyecto bastante interrumpido. Pensad que cada uno de los yoyos está hecho a mano y unidos también a mano. Muchas veces dejaba el proyecto abandonado durante tres o cuatro meses (o más) para después cogerlo otra vez. Creo que cuando haces proyectos tan grandes tienes que dejarlos de vez en cuando y cogerlos otra vez cuando te apetezca. La verdad es que yo siempre tengo un montón de proyectos en marcha y este era uno de mis continuos.

 

Creo que prácticamente todas las personas que me conocen me han visto alguna vez hacer un yoyo delante de la tele o han oído hablar de esta colcha. Recuerdo cuando vivía con mi amiga Pris, que le encantaba verme hacerlos y le hice uno de la tela amarilla con cerezas rojas que colgó en el corcho de su cuarto. Recuerdo cuando casi pensaba que la tenía acabada y "solo" me quedaban los yoyos negros. En esa época ya vivía de nuevo en Mallorca y en uno de mis viajes a Barcelona a ver a mis amigas decidí comprar la tela negra ya que allí era más barata. Recuerdo como Marina, Dani y yo calculábamos, cual problema de mates, cuantos yoyos más tenía que hacer y cuántos metros de tela negra necesitaba (por cierto chicos, me han sobrados como dos metros de tela, que ya utilizaré para otra cosa no worries).

   

A día de hoy puedo hacer yoyos prácticamente con los ojos cerrados y sé muy bien la cantidad de hilo que necesito para hacer uno, como cortarlo... En fin que la mayoría de esta colcha está hecha mirando la tele mientras cosía. Incluso cuando vivía en Bruselas hice yoyos sueltos para luego coserlos en Mallorca. Y, finalmente mi padre y Malen, en uno de sus viajes aquí a Marruecos, me trajeron la colcha, a trozos, metida en sus maletas así que al final la colcha, que ha viajado por trozos por medio mundo como podéis ver, ha sido terminada en Casablanca. 

   

Esta colcha la empecé porque cuando era pequeña recuerdo ver una colcha igual en casa. Bueno, no era igual, igual.... Era de yoyos también pero no tenía las lineas de color ni las lineas negras que he hecho yo, ni los triángulos... Eran cuadrados de colores y era para una cama de 90, no como esta que se puede utilizar en una de 1'60 o de 1'50 como podéis ver. Esa otra colcha, más antigua la había hecho mi madre, que fue la inspiración principal para empezar esta que veis. A mi me encantaba esa colcha, desde super pequeña era mi preferida y, por eso, decidí hacer una por mí misma. Mi madre me animó y me dijo que era una buena idea aunque llevaba muchísimo trabajo (¡y es verdad!)

 

Como veis es una colcha llena de recuerdos ya en su confección pero espero que se llene de muchos más recuerdos con el tiempo y que siga viajando conmigo a todos los sitios a los que vaya. Si alguien tiene la idea de hacerla, sinceramente es algo que lleva mucha, mucha paciencia y mucho, mucho tiempo. Hay que ser paciente y hacerla poco a poco pero como podéis ver el resultado es espectacular así que animo a cualquiera que lo quiera intentar.

   

Bueno, espero que os guste mucho el resultado, tanto como a mí. No os podéis ni imaginar la satisfacción que sentí al coser el último yoyo de la colcha. La verdad es que me encanta el resultado y me encantaría poderos enseñar cada detalle ya que cada uno de los cuadrados es totalmente diferente, todo hecho con diferentes telas ya que la mayoría está hecho con quaters y por eso las telas son tan diferentes. En fin, que estoy emocionadísima y espero que vosotros también lo estéis cuando veáis las fotos. ¡Un beso a todos!

 

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